Escenarios de Precios del Petróleo 2025-2026: Impacto en Vaca Muerta, Neuquén

Introducción

En agosto de 2025, la alianza OPEP+ (liderada por Arabia Saudita y Rusia) sorprendió al mercado anunciando un aumento de producción de 548.000 barriles diarios a partir de septiembre[1]. Esta decisión acelera la eliminación de recortes previos y podría generar un superávit de hasta 2 millones de barriles diarios en el cuarto trimestre de 2025[2]. Diversos análisis pronostican que este exceso de oferta provocaría una caída del precio del crudo Brent hacia 58 USD/barril para diciembre de 2025[2]. De hecho, la Agencia de Información de Energía de EE.UU. (EIA) prevé un Brent promedio de 69 USD en 2025, descendiendo a 58 USD en 2026[3] si se concreta esta tendencia bajista. Frente a este contexto global, surgen tres escenarios plausibles para 2025-2026 en materia de precios del petróleo, tal como señala el informe referenciado, y es crucial analizar cómo impactaría cada escenario en el sistema productivo de Vaca Muerta (Neuquén) en los próximos 5 años. Este análisis abordará los efectos en costos de producción, inversión extranjera, rentabilidad, empleo e infraestructura, tanto para el petróleo como para el gas no convencional de Vaca Muerta, usando los mejores indicadores disponibles.

Escenario 1: Sobreoferta y Precios Bajos

En este escenario pesimista, la OPEP+ mantiene su aumento de producción sin ajustes y la oferta global supera claramente a la demanda. Además, la producción de países fuera de la OPEP sigue en alza (se estima +1,4 millones de bpd en 2025 según Rystad[4]), exacerbando la sobreoferta. El resultado sería un precio del Brent deprimido en el rango medio de los 50 USD por barril a lo largo de 2025-2026 (por ejemplo, 58 USD hacia finales de 2025, según proyecciones de S&P Global[2], e incluso promedios de 58 USD en 2026 según la EIA[3]).

  • Costos de producción y rentabilidad: Vaca Muerta ha logrado reducir significativamente sus costos en los últimos años. El punto de equilibrio (break-even) para un pozo promedio de shale oil en la formación se sitúa cerca de 45 USD/barril (considerando una TIR de 15% en dólares)[5][6]. Con un Brent en apenas 55–60 USD, los proyectos seguirían siendo rentables por un margen estrecho. Habría utilidades operativas, pero el margen de reinversión se vería muy limitado a medida que el precio se aproxima al break-even[7]. De hecho, análisis técnicos advierten que si el valor del barril cae por debajo de ~45 USD, el desarrollo futuro de nuevos pozos se compromete seriamente porque no se cubren los costos de capital[7]. En este escenario de precios bajos, las empresas en Vaca Muerta verían reducida su rentabilidad: ganarían menos por cada barril extraído, afectando su flujo de caja. Es probable que se ralentice la expansión de la actividad: solo los yacimientos más productivos o eficientes permanecerían activos, mientras que proyectos marginales (que requieran precios más altos) serían postergados. En cuanto al gas no convencional, sus costos de extracción también son bajos, pero los ingresos dependen de contratos domésticos o de exportación. Una debilidad general en el mercado energético global podría mantener precios del gas moderados, restando incentivo a proyectos de gran escala como GNL. De hecho, en el primer semestre de 2025 las exportaciones argentinas de gas natural cayeron 10% interanual en valor pese a aumentar 8% en volumen, debido a la baja de precios internacionales[8]. Esto evidencia que, aun produciendo más gas, un precio deprimido reduce considerablemente los ingresos.
  • Inversión extranjera: Un entorno de precios bajos típicamente desalienta la inversión en nuevos desarrollos no convencionales, que son intensivos en capital. Los inversores extranjeros evalúan la rentabilidad de largo plazo: con Brent <60 USD, la percepción de ganancias futuras es reducida, más aún en un país con riesgos macroeconómicos. Por ello, bajo este escenario es posible que se observe una contracción o retraso de inversiones foráneas en Vaca Muerta. Ya en 2024-25, algunas multinacionales comenzaron a replegarse: por ejemplo, ExxonMobil vendió sus activos de Vaca Muerta a una compañía local (Pluspetrol)[9], y otros actores internacionales han mostrado cautela. En su lugar, empresas nacionales como YPF, PAE o Vista Oil & Gas han tomado la posta incrementando su participación[9], pero su capacidad de inversión también depende de sus ingresos. Con menores precios, las petroleras locales verían reducidos sus flujos de efectivo, pudiendo recortar planes. YPF ha indicado que a precios por debajo de 45-50 USD tendría que ajustar sus niveles de gasto de capital[10]. Es decir, proyectos de expansión (nuevos pozos, pilotos en áreas no desarrolladas) podrían posponerse hasta que el panorama de precios mejore. Los montos de inversión proyectados podrían quedar por debajo de lo previsto: vale recordar que se esperaba un récord de US$10.051 millones invertidos en Vaca Muerta en 2025 (levemente por encima de 2024)[11], tendencia que difícilmente continuaría con el crudo estancado en 50-60 USD. Además, alcanzar las metas de largo plazo dependerá de capital abundante: se estima que hacen falta unos US$120.000 millones de inversión adicional para que Vaca Muerta logre producir ~1 millón de barriles diarios de petróleo y 200 millones de m³ de gas hacia 2030[12]. En un escenario de precios bajos, conseguir ese volumen de capital será muy difícil, al menos en los próximos años, lo que amenaza las tasas de crecimiento futuras de la producción. En resumen, la IED (inversión extranjera directa) en hidrocarburos argentinos –que ya venía con desafíos– podría tocar mínimos históricos (de hecho, 2024 fue uno de los niveles más bajos de IED en años recientes[13]) si el pesimismo de precios persiste.
  • Rentabilidad y flujo de caja: Con precios deprimidos, la rentabilidad por barril de los proyectos en Vaca Muerta caería. Muchas empresas necesitan al menos ~65 USD para lograr resultados muy robustos; por debajo de 60 USD la rentabilidad se resentirá, aunque no entra en pérdidas operativas gracias a los costos competitivos logrados[6]. Un informe cita que empresas shale en EE.UU. requieren ≥65 USD para alta rentabilidad, por lo que Arabia Saudita apostó por inundar el mercado y presionar sus finanzas[14]. Irónicamente, esa estrategia también afecta a Vaca Muerta: a ~55 USD, se cubren gastos pero las ganancias se reducen al mínimo, dificultando la recuperación de inversiones. Las compañías tendrían menos capacidad de autofinanciar nuevos pozos o infraestructura. Esto puede llevar a una selección más estricta de proyectos: únicamente se financiarán aquellos de mayor productividad o con retornos garantizados (por ejemplo, contratos de exportación asegurados), posponiendo el desarrollo masivo de otras áreas. Los indicadores financieros (márgenes EBITDA, retorno sobre capital) se debilitarían en comparación con años de Brent >70.
  • Empleo: La dinámica de empleo en la región petrolera está directamente ligada al nivel de actividad. En la última década, gracias a Vaca Muerta, el empleo formal en upstream creció 3,3 veces más rápido que el promedio de la economía argentina[15]. Actualmente, Neuquén registra más de 11.000 puestos directos en exploración/producción (líder nacional)[16], y la cadena de valor genera miles de empleos indirectos. En un escenario de expansión ralentizada o estancamiento, el ritmo de creación de empleo se frenaría notablemente. Las operadoras podrían congelar contrataciones e incluso reducir cuadrillas de perforación y fractura si bajan la cantidad de pozos nuevos. No necesariamente habría despidos masivos inmediatos –pues se mantendría cierta producción en curso–, pero sí menos generación de nuevos puestos. Los planes de crecimiento de dotaciones se recortarían y muchos trabajadores especializados podrían migrar a otras regiones o sectores ante la falta de oportunidades. Esto contrasta con la tendencia reciente: en 2023 el empleo upstream en Neuquén aún creció 4,1%[16] y la expectativa neta de empleo relevada para el sector era muy positiva. Bajo precios deprimidos, esa expectativa se torna neutra o negativa. Otro punto a considerar es que salarios y condiciones suelen atarse en parte a la salud de las empresas: con menores ingresos, las negociaciones salariales podrían volverse más tensas. Adicionalmente, obra pública e infraestructura local ligada a la actividad (p.ej. construcción de caminos, viviendas en Añelo) se verían ralentizadas, afectando empleos indirectos.
  • Infraestructura: Vaca Muerta enfrenta un cuello de botella de evacuación de producción, por lo cual están en marcha grandes obras de infraestructura. Sin embargo, un contexto de sobreoferta global y bajos precios podría retrasar o dimensionar a la baja algunas inversiones en infraestructura. Por ejemplo, la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur (iniciada en mayo 2024) y de un nuevo puerto de aguas profundas en Río Negro –proyectos concebidos para añadir 500.000 barriles/día de capacidad de transporte de crudo[17]– podrían ralentizar su cronograma si las proyecciones de llenado de ese ducto se alejan (con menos perforación, tardará más en necesitarse plena capacidad). Del mismo modo, planes de licuefacción de gas (LNG) a gran escala, como el acuerdo YPF-Petronas que aspira a una planta de ~5 millones de toneladas/año, podrían demorarse al verse disminuido el incentivo económico de exportar LNG en un mercado global saturado de energía. La concreción de ese proyecto (estimado en US$10.000 millones) requiere confianza en precios internacionales sostenidos; un período prolongado de gas/petróleo barato atentaría contra su viabilidad en el corto plazo. Por otro lado, ciertas obras esenciales de gasoductos internos tal vez continúen por necesidad estratégica: por ejemplo, el Gasoducto Néstor Kirchner Fase II (ampliación hacia el centro/norte del país) podría seguir adelante, dado que independientemente del precio, Argentina busca reemplazar costosas importaciones de GNL con gas local. No obstante, incluso en proyectos así, un entorno de restricciones fiscales (menores regalías e ingresos por exportación de hidrocarburos debido al precio bajo) complicaría el financiamiento público. En síntesis, este escenario vería a Vaca Muerta operando por debajo de su potencial, limitada tanto por decisión empresarial (menos inversión) como por cuellos de infraestructura no resueltos a tiempo. Argentina perdería una oportunidad de expandir rápidamente su capacidad exportadora de energía, manteniendo la producción más orientada al mercado interno y con menores beneficios macroeconómicos.

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Escenario 2: Equilibrio Moderado de Mercado

En el escenario intermedio o base, la sobreoferta inicial de la OPEP+ es compensada parcialmente por ajustes y por una demanda que se sostiene razonablemente. Podría ocurrir que la OPEP, al ver precios demasiado bajos, revierta algunos aumentos de producción para estabilizar el mercado[19]. Asimismo, factores estacionales (consumo alto de verano/invierno) o geopolíticos menores podrían contrarrestar el exceso. El resultado sería un precio Brent estabilizado en torno a ~65-70 USD por barril durante 2025-2026. De hecho, organismos internacionales proyectaban precios en ese rango: la EIA estimaba ~69 USD de promedio para 2025[3], y algunos bancos preveían ~60 USD con tendencia al alza si la economía mundial no decae[20]. En este escenario “suave”, el petróleo no se desploma sino que se mantiene en niveles moderados, proporcionando cierta certidumbre.

  • Costos de producción y rentabilidad: Con un Brent alrededor de 65 USD, Vaca Muerta opera cómodamente por encima de su umbral de rentabilidad. El break-even de ~45 USD/barril[6] implica que a 65 USD hay un margen ~20 USD por barril, suficiente para generar ganancias sanas y reinvertir. Si bien no son precios récord, son comparables a los de 2017-2019, periodo en el que Vaca Muerta creció significativamente. Las empresas podrían sostener e incluso aumentar su actividad: muchas planificaron sus desarrollos con escenarios de 50-60 USD, por lo que 65 USD permite cumplir objetivos e incluso recuperar terreno perdido. En este escenario, es esperable que las operadoras continúen aplicando mejoras de eficiencia y reducción de costos unitarios. Vale destacar que el breakeven del shale neuquino ha bajado drásticamente en la última década (se citan reducciones de ~60 a ~35 USD/barril gracias a avances tecnológicos y de escala[21]). Esto significa que, con precios moderados y estables, cada año que pasa Vaca Muerta podría ser más competitiva –por aprendizaje operativo–, consolidando rentabilidad incluso si el barril se mantiene en los 60s. Para el gas, un mercado equilibrado de petróleo suele reflejar también un equilibrio razonable en energía en general. Argentina, con gas abundante, podría aprovechar precios moderados para expandir su participación de mercado regional (ej.: exportando más gas a Chile en verano o avanzando en acuerdos con Brasil). La rentabilidad del gas shale depende mucho del precio interno regulado o de contratos de exportación: en un contexto macro estable, el gobierno podría ofrecer precios estímulo previsibles (p. ej. el Plan Gas) que garanticen rentabilidad moderada y alienten invertir en nuevos pozos de shale gas. En suma, tanto petróleo como gas no convencional tendrían márgenes positivos suficientes para continuar su desarrollo sostenido, aunque sin boom explosivo.
  • Inversión extranjera: La estabilidad en los precios actúa como un fuerte imán para la inversión. Con un Brent ~65-70 y menor volatilidad, los inversionistas pueden planear a mediano plazo con más confianza. Es factible que en este escenario se consolide el crecimiento de la inversión que ya se venía viendo: en 2023 y 2024 la inversión total upstream en Argentina superó los US$12.800 millones anuales, impulsada por Vaca Muerta[22]. Para 2025, los compromisos en Vaca Muerta superaron ligeramente los del año anterior (US$10 mil vs 9,95 mil millones en 2024)[11] pese a la “baja” temporal del crudo a ~60 en mayo 2025[10]. Esto demuestra que las empresas mantienen sus planes mientras el precio se recupere en un rango aceptable. Bajo un Brent estable en los 60 altos, las petroleras internacionales presentes (Shell, Chevron, Total, etc.) seguirán desarrollando sus bloques según lo proyectado, e incluso podrían considerar nuevas inversiones (por ejemplo, más pilotos en áreas no convencionales o ampliación de proyectos existentes). El clima de negocios también influye: asumiendo un escenario global estable, podría coincidir con mejoras locales –como un régimen fiscal más amigable o reglas cambiarias más claras– que potencien la IED. De materializarse, nuevos jugadores extranjeros podrían entrar o expandirse en Vaca Muerta. Por ejemplo, empresas asiáticas o europeas podrían interesarse en asociaciones si ven un horizonte de 5 años de precio moderado pero al alza. También es relevante que con precios en este rango, los proyectos integrados de exportación (oleoductos, terminales) se ven viables, lo cual atrae financiamiento internacional (bancos, fondos) para infraestructura. En definitiva, este escenario permitiría sostener el crecimiento de la inversión año a año. No un salto abrupto, pero sí una continuidad –quizás inversiones creciendo ~5-10% anual en términos de dólares– que habilitaría la expansión gradual de la producción.
  • Rentabilidad sectorial: A 65-70 USD, las compañías verán mejorar sus balances respecto a 2020-2022. YPF, por ejemplo, que es un actor clave en Vaca Muerta, lograría robustos flujos de caja con Brent en ese nivel, lo que le facilita cumplir sus planes de inversión (recordemos que YPF financió en 2023/24 importantes proyectos emitiendo deuda internacional por US$2.500 millones[23]; con buenos precios, su posición financiera se fortalece). Empresas privadas como Vista o PAE, muy enfocadas en no convencional, también obtendrían retornos sólidos, justificando la reciente apuesta (Vista adquirió en 2023 un bloque adicional, La Amarga Chica, por US$1.200 millones[24] esperando potenciar producción). Indicadores como la tasa interna de retorno (TIR) o el payback de los pozos mejorarían, alentando a acelerar desarrollos. En resumen, la rentabilidad por barril en Vaca Muerta sería adecuada: no de súper ciclo, pero sí lo bastante para que el negocio sea atractivo y sustentable, tanto para firmas privadas como para el Estado (vía regalías e impuestos).
  • Empleo: Un mercado equilibrado garantiza que la actividad en Vaca Muerta continúe en crecimiento, lo cual se traduce en más empleo. Probablemente se mantenga la tendencia de incremento de puestos registrados que se observó en los últimos años. Por ejemplo, entre 2020 y 2025 el empleo privado en petróleo y gas creció 6,2% (casi 9.000 puestos) impulsado por Vaca Muerta[25]. Con inversiones sostenidas, las compañías de servicios (perforación, fractura hidráulica, logística) seguirán incorporando personal para cumplir con la demanda de etapas de fractura, construcción de instalaciones de superficie, mantenimiento de pozos, etc. Además, la calidad del empleo se mantendría alta: el sector upstream no solo genera más puestos, sino que paga salarios por encima del promedio nacional y formalizados[26]. Esto tiene un efecto multiplicador en la economía local (Neuquén, Río Negro): mayor consumo, desarrollo de proveedores locales (metalúrgicas, transportistas) y entrenamiento de mano de obra especializada. En un horizonte de 5 años con crecimiento continuo pero moderado, podríamos ver la creación de varios miles de empleos directos nuevos en Vaca Muerta. La tasa de crecimiento anual del empleo sectorial quizá se ubique en un dígito medio (por ejemplo 5-8% anual), acumulando en 5 años un aumento significativo pero manejable –evitando a su vez cuellos de botella de falta de personal calificado que sí podrían ocurrir en un boom extremo. Este crecimiento constante permitiría a las instituciones educativas y de formación técnica ir proveyendo nuevos trabajadores (ingenieros, operarios, técnicos) a un ritmo acorde, como ya se ha visto con programas de jóvenes profesionales atraídos por el potencial de Vaca Muerta[27]. Asimismo, la paz social laboral es más factible con precios moderados: las empresas pueden remunerar bien y los sindicatos encuentran un sector en expansión, reduciendo conflictos.
  • Infraestructura: En un escenario moderado, se concretarían las obras de infraestructura clave actualmente planificadas, dado que siguen siendo necesarias y ahora contarían con un flujo de fondos más seguro (proveniente de la propia industria y eventualmente del Estado vía mayores ingresos fiscales del sector). Por un lado, en petróleo, la ampliación del sistema de oleoductos desde Neuquén avanzaría sin pausa. Oldelval ya incrementó su capacidad recientemente, y el nuevo Oleoducto Vaca Muerta Sur (500 kbpd a puerto Atlántico) seguiría su curso para entrar en operación alrededor de 2025-2026[17]. Esto es crítico porque, como señala un reporte, “la capacidad de evacuación le pone un techo concreto al desarrollo productivo” de Vaca Muerta[28]. Con esas obras finalizadas, se eliminaría el cuello de botella de transporte en el corto plazo, permitiendo casi duplicar la salida de crudo hacia exportación o refino. Por otro lado, en gas, la infraestructura también vería progresos: tras la reciente inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (tramo Tratayén-Salliqueló), se completaría su segunda fase hasta Santa Fe para ampliar el despacho de gas al centro y norte del país. También es plausible que se materialicen proyectos de interconexión regional, como un gasoducto a Brasil (ya en estudio) o el aumento de capacidad de envío a Chile, para aprovechar mercados vecinos durante el verano. Un aspecto destacado es la posible construcción de plantas de GNL: aunque la decisión final de invertir en una mega planta de licuefacción es compleja, un entorno de precios moderados pero con perspectiva de demanda creciente a largo plazo podría facilitar alianzas estratégicas (por ejemplo, con compañías extranjeras o fondos soberanos interesados en gas argentino). De hecho, análisis internacionales proyectan que la demanda global de GNL crecerá ~60% hacia 2040, lo que podría calzar con la entrada en operación de una planta argentina a fines de esta década[29]. En 5 años, podríamos ver avances significativos: ingeniería de detalle, acuerdos comerciales e inicio de obras civiles si las condiciones se mantienen favorables. En síntesis, la infraestructura acompañaría el crecimiento: no estaría sobredimensionada como para un boom, pero sería suficiente para no frenar el desarrollo. Esto incluye también infraestructura auxiliar: nuevos proyectos de energía eléctrica (para alimentar operaciones en el yacimiento), caminos mejorados, plantas de tratamiento de agua, ampliación de capacidad de arenas de fractura, etc., generalmente financiados por reinversión privada o público-privada cuando el sector hidrocarburífero marcha bien.
  • Balanza energética y economía local: Un precio internacional moderado sería positivo para la balanza comercial argentina en la medida que permite seguir aumentando volúmenes exportados sin desplomar precios. En el 1º semestre 2025, gracias a Vaca Muerta, Argentina logró un superávit comercial energético de USD 3.761 millones (que compensó el déficit no-energético)[30][18]. Con producción en alza y Brent ~65, es esperable que los ingresos por exportaciones de crudo y gas crezcan año a año, reforzando las reservas de divisas del país. Un informe sectorial estima que las exportaciones energéticas podrían superar los USD 6.000 millones en 2025 y apuntar a USD 25.000 millones hacia 2030 si se concreta el desarrollo[31][32]. Esa senda sería factible bajo este escenario base. Por último, las provincias productoras (Neuquén principalmente) verían aumentar sus regalías e impuestos de manera sostenida, lo que impulsa las economías locales e inversiones en infraestructura provincial. En resumen, el equilibrio de mercado brindaría un círculo virtuoso moderado: crecimiento continuo de Vaca Muerta a un ritmo manejable, con beneficios tanto para las empresas como para la macroeconomía argentina.

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Escenario 3: Tensión de Mercado y Precios Altos

El tercer escenario supone un entorno optimista para productores: el mercado petrolero se torna más ajustado de lo esperado, resultando en precios al alza. Esto podría suceder por diversas razones o combinaciones: (a) la demanda global de petróleo no se desacelera como se temía, por ejemplo un crecimiento económico sostenido en Asia que mantenga el consumo en niveles altos; (b) problemas geopolíticos o imprevistos en la oferta (sanciones más estrictas a crudo ruso, interrupciones en Oriente Medio, etc.) que recorten la oferta disponible; o (c) la propia OPEP+ da marcha atrás de forma más agresiva en sus aumentos al ver precios muy bajos, retomando recortes voluntarios. Cualquiera de estos factores reduciría la sobreoferta proyectada, e incluso podría generar un déficit en 2025-2026. En consecuencia, los precios del crudo podrían recuperarse a niveles elevados, por ejemplo por encima de 75-80 USD/barril de manera sostenida. (Algunas proyecciones pre-OPEP+ hablaban de Brent en ~73 USD para 2025[33], e incluso escenarios extremos de conflicto podrían empujarlo sobre 90 USD[34][35], aunque este último caso escapa al análisis base). En síntesis, asumimos un escenario donde el Brent promedia la alta década de 70 en los próximos años, claramente superior al actual. Esto representaría un shock positivo para Vaca Muerta.

  • Costos de producción y rentabilidad: Con precios internacionales altos, Vaca Muerta se vuelve una “mina de oro” de hidrocarburos. El spread entre el precio de venta (~80 USD) y el costo total (~45 USD o menos) sería enorme, asegurando rentabilidades extraordinarias. Las empresas obtendrían márgenes por barril similares a los mejores años de la industria (por ejemplo, 2011-2014). Esto les permitiría generar caja abundante para reinvertir. Un efecto probable es la aceleración de la explotación: proyectos que antes tenían incertidumbre o esperaban condiciones favorables podrían activarse. Por ejemplo, áreas menos probadas o con roca de menor calidad que a 60 USD quizás no eran prioritarias, ahora entrarían en desarrollo porque con 80 USD igualmente serían rentables. Así, en este escenario se podría ampliar la frontera productiva dentro de Vaca Muerta, más allá de los núcleos superproductivos. A nivel operativo, las compañías podrían destinar más recursos a tecnología e innovación, mejorando aún más la productividad por pozo (drones, automatización, optimización de fracturas) dado que cuentan con fondos excedentes. En cuanto al gas no convencional, suele haber cierta desvinculación de precios con el petróleo, pero en un mundo de energía cara, también suben las oportunidades para el gas. Si el petróleo ronda 80 USD, muchos contratos de GNL en el mundo (indexados parcialmente al crudo) se encarecen, y Argentina podría aprovechar para colocar volúmenes en mercados premium. Las empresas en Neuquén tendrían incentivos para incrementar la producción de shale gas más allá de la demanda interna, sabiendo que podrían exportar con buen precio. En suma, la rentabilidad extraordinaria permitiría un crecimiento acelerado tanto en petróleo como en gas, posiblemente acortando los tiempos para alcanzar niveles récord de producción.
  • Inversión extranjera: Precios altos de los commodities energéticos tradicionalmente atraen un boom de inversión global en el sector, y Argentina no sería la excepción –siempre que ofrezca condiciones básicas de negocio. Bajo este escenario, Vaca Muerta se convertiría en uno de los destinos más atractivos del mundo para inversiones en shale, dado su inmenso recurso. Es probable que veamos un retorno de empresas internacionales buscando posicionarse o ampliar su presencia. Podrían concretarse nuevas joint-ventures y anuncios de inversión multimillonarios. Por ejemplo, compañías que habían estado expectantes (ExxonMobil podría reconsiderar su retirada, u otras majors como BP, Equinor, etc., podrían entrar con fuerza). También inversores de Asia (empresas chinas, indias) podrían acelerar acuerdos para asegurar abastecimiento futuro de crudo o GNL desde Argentina. No hay que olvidar que la capacidad ociosa global se reduce con la alta demanda, por lo que cada nuevo proyecto cuenta. Argentina, teniendo recursos comprobados, puede capitalizar eso. En 2022, con precios altos, ya se observó un salto en exportaciones de crudo desde Vaca Muerta; con un Brent aún mayor, es factible que los flujos de capital foráneo aumenten drásticamente. Un área particular podría ser el financiamiento de infraestructura a gran escala: bajo precios altos, proyectos como el hub de GNL en Bahía Blanca (YPF-Petronas) serían muy rentables, pudiendo atraer socios internacionales y financiamiento externo más fácilmente. El proyecto de GNL mencionado (un tren de 5 MTPA inicial) convertiría a Argentina en uno de los mayores exportadores para 2030, y sería más realizable si las proyecciones de precios justifican su enorme inversión. Asimismo, fondos de inversión y bancos internacionales verían con mejores ojos prestar dinero a empresas argentinas o al gobierno para proyectos energéticos, ya que los flujos de repago (vinculados al precio del crudo) serían más seguros. En síntesis, Vaca Muerta bajo este escenario experimentaría una oleada de inversión –posiblemente duplicando los montos anuales en pocos años– acelerando todos los desarrollos planificados.
  • Rentabilidad y finanzas públicas: Además de la obvia bonanza para las empresas (que verían incrementar sustancialmente sus ganancias por barril), hay un efecto colateral importante: mejoran las cuentas fiscales y externas de Argentina. Con petróleo caro y volúmenes en alza, las exportaciones de energía crecerían explosivamente, aportando divisas para equilibrar la balanza de pagos. Por ejemplo, un reporte de Reuters indicó que en la primera mitad de 2025 las exportaciones de hidrocarburos subieron 36% a USD 3.700 millones[31]; con precios mucho más altos, esa cifra sería aún mayor. Hacia fines de la década, Argentina podría superar la meta de USD 25.000 millones anuales de exportación energética[36], convirtiendo a Vaca Muerta en un pilar semejante al complejo agroexportador. El Tesoro nacional y las provincias también se benefician: las regalías petroleras (que rondan el 12% del valor en boca de pozo[37]) se multiplicarían en monto, al igual que impuestos asociados. Esto daría margen fiscal para invertir en infraestructura pública o aliviar otras áreas de la economía. Incluso podría mejorar la calificación crediticia del país al tener una fuente sólida de ingresos externos, realimentando la confianza de inversores. En resumen, la prosperidad económica general derivada de este boom fortalecería el entorno para seguir invirtiendo, creando una situación beneficiosa en cascada.
  • Empleo: Un escenario alcista desencadenaría un boom de empleo en Vaca Muerta y sectores vinculados. La necesidad de acelerar la producción implica más equipos de perforación y completación operando simultáneamente, y cada equipo requiere decenas de técnicos, ingenieros, operarios. Empresas de servicios como Schlumberger, Halliburton, etc., traerían más maquinaria y personal. Podríamos ver la tasa de crecimiento del empleo sectorial subir a dos dígitos anuales, al menos durante los primeros años del boom. La región de Neuquén podría enfrentar incluso escasez de mano de obra calificada, algo que ya se insinúa cuando la actividad se intensifica. Esto impulsaría programas de capacitación acelerada y la migración de trabajadores de otras provincias (o incluso desde países vecinos) hacia la zona petrolera para cubrir la demanda. Actualmente, el upstream emplea ~30.700 trabajadores formales[38]; en cinco años de boom podría tranquilamente duplicarse ese número, considerando empleo directo e indirecto. Además, se generarían nuevos puestos en la construcción de grandes obras (oleoductos, plantas industriales), en transporte (choferes, logística), comercio y servicios en las ciudades cercanas (hoteles, gastronomía en Añelo y Neuquén capital, por ejemplo). Este efecto multiplicador del empleo petrolero ya se ha visto: Vaca Muerta triplicó la velocidad de creación de empleo comparada con el resto de la economía en la última década[39], y lo haría aún con más fuerza en un contexto muy favorable. Un posible desafío sería sostener la calidad de vida y servicios en las localidades de la cuenca: ante una avalancha de trabajadores, habría que invertir en viviendas, escuelas, hospitales, etc., para evitar cuellos de botella sociales. No obstante, esos mismos ingresos de la industria proveerían fondos para tales inversiones (vía impuestos y un Estado más solvente). En definitiva, el empleo petrolero sería uno de los motores de la economía argentina en este lustro, reduciendo el desempleo regional a mínimos históricos y elevando salarios promedio.
  • Infraestructura: Este escenario demandará una respuesta acelerada en infraestructura, ya que Vaca Muerta alcanzaría niveles de producción nunca vistos en Argentina. Muchas obras previstas se quedarán cortas antes de tiempo si el crecimiento se acelera. Por eso, es de esperar que tanto el sector público como el privado pongan manos a la obra en ampliaciones adicionales: por ejemplo, si el Oleoducto Vaca Muerta Sur (500 kbpd) y la expansión de Oldelval resultan insuficientes para 2028, se planificarían tramos adicionales o duplicaciones de ductos para llegar a 1 millón de barriles/día de evacuación hacia 2030. De hecho, las proyecciones de producir 1 millón de bpd a fin de década dependerán de realizar inversiones masivas en infraestructura, que ahora sí serían factibles con capital abundante[12]. En el frente del gas, un auge de producción requeriría rápidamente nueva capacidad de transporte y de exportación. Además de terminar el gasoducto NK y reforzar la red interna, probablemente se concretaría un gasoducto de exportación a Brasil (integrando Vaca Muerta con el enorme mercado brasileño que busca diversificar su matriz)[40]. También se podría ampliar el GasAndes a Chile u otros ductos existentes para maximizar envíos durante todo el año. Pero el proyecto estrella sería el de GNL a gran escala: con altos precios, Argentina tendría un fuerte incentivo para monetizar su excedente gasífero globalmente. La planta de licuefacción en la costa atlántica, soñada por años, tendría vía libre. En 5 años quizás no esté operativa aún (tomaría alrededor de 4-5 años construirla una vez financiada), pero sí podría estar en construcción o incluso completando su primera etapa. Esto catapultaría a Argentina al club de exportadores de GNL hacia finales de la década, alineado con análisis de que Vaca Muerta es el desarrollo de shale “más grande fuera de Norteamérica”, con capacidad de seguir expandiendo exportaciones[29]. Junto con estas mega-obras, habría inversión colateral en puertos (terminales petroleras y de GNL), ampliación de plantas de tratamiento y almacenamiento, instalaciones para evacuar subproductos (GLP, condensados) y más infraestructura logística (ferrocarril para insumos, caminos). En resumen, el país se vería obligado a modernizar y ampliar rápidamente su infraestructura energética, apoyado en la abundancia de capital privado dispuesto a invertir cuando los retornos son evidentes. El desafío será coordinar tiempos y permisos para que la infraestructura crezca a la par de la producción y evitar cuellos de botella –pero ese es un “buen problema” que viene con un boom.
  • Consideraciones finales del escenario optimista: Este escenario implicaría que Argentina aproveche al máximo el potencial de Vaca Muerta en el corto plazo. Los objetivos de producción podrían alcanzarse antes de lo previsto: por ejemplo, es concebible lograr ~600-700 mil barriles/día de petróleo en 2026-27 (cuando en mayo 2024 ya se rondaba 403 mil bpd con crecimientos interanuales de +35%[41]) y seguir subiendo desde allí. En gas, podría acercarse a duplicar la producción a fin de la década si hay mercado para exportar (de ~83 MMm³/d en 2024[41] hacia 160+ MMm³/d con LNG). Todo esto convertiría a Vaca Muerta en el pilar de la matriz energética nacional y de las exportaciones, modificando estructuralmente la economía argentina (menor dependencia de importaciones de energía, entrada de divisas constantes, desarrollo industrial asociado). Cabe resaltar que un ciclo de bonanza así también requerirá gestión: evitar la “enfermedad holandesa”, administrar volatilidad de precios a futuro y asegurar que la riqueza generada se traduzca en desarrollo sustentable de largo plazo. No obstante, desde la perspectiva estrictamente productiva, Vaca Muerta en un mundo de petróleo caro representa una ventana de oportunidad histórica para Neuquén y para el país, consolidándose como una de las regiones shale más importantes a nivel global[29].

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Conclusiones

Los tres escenarios de precios del petróleo analizados tendrían impactos marcadamente distintos en el sistema productivo de Vaca Muerta:

  • En el escenario de sobreoferta y precios bajos, Vaca Muerta afrontaría un crecimiento ralentizado e incierto. La baja rentabilidad reduciría inversiones y frenaría el incremento de producción, poniendo en riesgo tanto los objetivos de volumen como los beneficios macro (menores exportaciones, menos empleo nuevo, infraestructura retrasada).
  • En un escenario moderado de equilibrio, la formación neuquina podría continuar su expansión sostenida. Las operaciones seguirían siendo rentables con márgenes razonables, atrayendo suficiente inversión para aumentar producción año a año. Se mantendría la creación de empleo y se concretarían las obras de infraestructura necesarias, consolidando a Vaca Muerta como motor energético de Argentina sin sobresaltos.
  • Bajo el escenario optimista de precios altos, Vaca Muerta experimentaría un impulso extraordinario, acelerando su desarrollo a niveles récord. La abundancia de capital y rentabilidad permitirían escalar producción en poco tiempo, a la vez que impulsarían un boom de inversiones, empleo e infraestructura sin precedentes en la región, con beneficios económicos masivos para el país.

En términos de indicadores claves a monitorear en los próximos 5 años, según cualquiera de los escenarios, destacan: costos de extracción (USD/barril) y su relación con el precio internacional (indicador de rentabilidad), montos de inversión anual (USD invertidos en upstream) y número de pozos perforados (mide la confianza de inversionistas), producción de hidrocarburos (barriles de petróleo y m³ de gas por día) y proporción exportada, empleo registrado en la industria y su crecimiento interanual, y capacidad de infraestructura (ej: MMm³/d de transporte gas, kbpd de transporte crudo) versus utilización. Estos indicadores reflejarán en forma cuantitativa cómo Vaca Muerta navega entre los distintos escenarios de precios.

Vaca Muerta posee la resiliencia y el potencial geológico para adaptarse a diversos contextos de mercado, pero la velocidad y magnitud de su desarrollo hasta 2030 dependerán críticamente del nivel de precios internacional que finalmente prevalezca. Cada dólar en el precio del barril cuenta: un Vaca Muerta con Brent deprimido se enfocará en supervivencia y eficiencia; con Brent moderado verá un crecimiento orgánico sostenido; y con Brent elevado se lanzará a un crecimiento exponencial. Las políticas públicas y estrategias empresariales deberán calibrarse para aprovechar el escenario que ocurra, maximizando inversiones en los buenos tiempos y sosteniendo la actividad en los desafíos, para que el recurso de Vaca Muerta se traduzca plenamente en riqueza y progreso para Neuquén y la Argentina.

Fuentes: Las proyecciones de precios y escenarios provienen del análisis de CICECH (2025) basado en datos de S&P Global, JP Morgan, EIA y otros[42][3]. Se utilizaron informes de medios especializados y consultoras (Aleph, Rystad, CEPH) para costos y break-even de Vaca Muerta[6][5], niveles de inversión[11], producción y empleo[16], así como reportes periodísticos nacionales (Infobae, Reuters) sobre el impacto en la balanza comercial y proyectos de infraestructura[18][17]. Estos indicadores respaldan el análisis de cada escenario y sus implicancias en el desarrollo de Vaca Muerta.


[1] [2] [3] [14] [19] [20] [42] OPEP acelera aumento de producción y anticipa caída del Brent a 58 dólares por barril – TotalNews Agency

https://totalnewsagency.com/2025/08/02/opep-acelera-aumento-de-produccion-y-anticipa-caida-del-brent-a-58-dolares-por-barril/

[4] [8] [18] [30] Mala noticia para las exportaciones argentinas: la OPEP aumentará la producción y pondrá más presión bajista sobre el precio del petróleo – Infobae

https://www.infobae.com/economia/2025/08/03/mala-noticia-para-las-exportaciones-argentinas-la-opep-aumentara-la-produccion-y-pondra-mas-presion-bajista-sobre-el-precio-del-petroleo/

[5] [7] [27] Vaca Muerta: cuánto cuesta perforar un pozo y qué precio necesita el petróleo para ser rentable

https://www.ambito.com/energia/vaca-muerta-cuanto-cuesta-perforar-un-pozo-y-que-precio-necesita-el-petroleo-ser-rentable-n6154507

[6] Vaca Muerta mantiene rentabilidad con barril a US$45 | Rumbo Minero

[9] [10] [11] [22] [23] [24] Vaca Muerta Energy pronostica inversiones en alza pese a precios volátiles en el mercado – Minart | Portal de Noticias

[12] [17] [28] [37] [41] Vaca Muerta: el futuro de Argentina

https://www.pwc.com.ar/es/assets/document/invertir-en-vaca-muerta.pdf

[13] A pesar de Vaca Muerta y el RIGI, la inversión extranjera tuvo en …

https://energiaonline.com.ar/a-pesar-de-vaca-muerta-y-el-rigi-la-inversion-extranjera-tuvo-en-2024-el-peor-ano-del-siglo/

[15] [16] [26] [29] [38] Por Vaca Muerta, el empleo en gas y petróleo creció cuatro veces más que en el resto de la economía en la última década – Infobae

https://www.infobae.com/economia/2025/06/30/por-vaca-muerta-el-empleo-en-gas-y-petroleo-crecio-cuatro-veces-mas-que-en-el-resto-de-la-economia-en-la-ultima-decada/

[21] Vaca Muerta: “El breakeven “bajó de 60 a 35 dólares por barril”

[25] La producción de hidrocarburos lidera la generación de empleo …

https://www.mejorenergia.com.ar/noticias/2025/07/01/4323-la-produccion-de-hidrocarburos-lidera-la-generacion-de-empleo-formal-en-argentina

[31] [32] [36] Argentina oil and gas exports rise 36% in first half of year, business group says | Reuters

https://www.reuters.com/business/energy/argentina-oil-gas-exports-rise-36-first-half-year-business-group-says-2025-07-31/

[33] Petróleo: El oro negro pierde brillo: hasta dónde puede … – EL PAÍS

https://elpais.com/economia/negocios/2025-05-13/el-oro-negro-pierde-brillo-hasta-donde-puede-caer-el-precio-del-petroleo.html

[34] [35] Petróleo en jaque: tres posibles escenarios de precios por la crisis entre Irán e Israel

https://www.bloomberglinea.com/economia/petroleo-en-jaque-tres-posibles-escenarios-de-precios-por-la-crisis-entre-iran-e-israel/

[39] Vaca Muerta triplicó la velocidad de creación de empleo del resto …

https://www.forbesargentina.com/negocios/vaca-muerta-triplico-velocidad-creacion-empleo-resto-economia-argentina-n74672

[40] Brazil and Argentina agree to studies on gas exports from Vaca Muerta

https://www.reuters.com/business/energy/brazil-argentina-sign-mou-studies-gas-exports-from-vaca-muerta-2024-11-18/

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